La lana es probablemente la fibra natural más antigua conocida por la humanidad. Fue una de las primeras fibras en ser convertida en hilos para luego ser tejida y crear prendas.
Si analizamos microscópicamente una fibra de lana veremos que son como una serie de escamas que se superponen orientadas hacia la punta. Esta estructura le otorga la capacidad única de poder unirse con otros pedacitos y ser hilados muy fácilmente para dar hilos de muy alta resistencia. Así, la estructura natural del material es aprovechada para su transformación.
Una de las características fundamentales de estas fibras es que la estructura exterior de lana repele el agua mientras que su interior absorbe la humedad. Esto hace que sintamos la ropa seca incluso en climas muy húmedos aislándonos del frio. Otras características fundamentales de la lana son elasticidad, y biodegradabilidad.
En contraste con las fibras sintéticas, al ser natural, las fibras de lana reaccionan a los cambios térmicos del cuerpo. Te mantiene caliente en climas fríos y aísla de las altas temperaturas en climas calurosos.
Está bueno saber que de la lana cruda de las ovejas podemos obtener prendas tan diferentes como un sweater tejido o un abrigo de paño. Todo está en el procesamiento que le demos a esa lana ya sea para obtener hilos o telas. Como siempre, es importante saber que el método de fabricación determinará el producto final que obtenemos.
El proceso comienza con la esquila anual de las ovejas para luego clasificar la lana según grosor, largo y aspecto. El siguiente paso es la limpieza de esta fibra natural. Un dato curioso es que un subproducto de este paso es la obtención de la lanolina que es una cera natural que está presente en numerosos artículos de consumo diario tales como artículos de limpieza o de cosmética.
Las fibras una vez limpias pueden ser procesadas de dos maneras diferentes. Las fibras largas son separadas para confeccionar hilos o estambres. Por el contrario las fibras cortas son las que son tejidas industrialmente para dar origen a las telas hechas de lana (paños), que a su vez pueden ser combinadas con otras fibras tanto naturales como sintéticas creando infinitas posibilidades que varían en calidad y usos. También se pueden obtener los fieltros pero mediante un proceso muy diferente en el cual la lana no es tejida sino que prensada.
cómo cuidar la lana
Antes que nada es importante que leamos la etiqueta ya que te dará información sobre la composición de la prenda y el tipo de cuidados que requiere. Si se cuidan correctamente, los sacos de paño pueden durarte toda una vida.
LAVADO A MANO
Llená con agua fría una palangana lo suficientemente grande para que quepa el abrigo.
Nunca uses agua caliente porque puede encoger y dañar las prendas. Sumergí la prenda por completo y retirala repitiendo varias veces el proceso, primero con agua y jabón y luego solo con agua para enjuagar por completo.
Si hay alguna mancha complicada, frótala suavemente con los dedos o un cepillo de cerdas muy suaves.
LAVADO EN LAVARROPAS
Si el lavado a mano no es lo tuyo la buena noticia es que los abrigos hechos mayormente con lana pueden lavarse a máquina.
Tenes que tener en cuenta de usar un programa de lavado liviano y hacer todo lo posible para evitar roces con otras prendas, acordate que estamos hablando de prendas delicadas.
Nunca centrifugues y colgá las prendas en un lugar aireado.